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sábado, 17 de enero de 2015

Creencias

Buda: “No os creáis nada. No importa dónde lo leáis, o quién lo haya dicho; aunque lo haya dicho yo, a menos que concuerde con vuestra propia razón y vuestro sentido común”. 

Los orígenes nos marcan. Luego vendrá el modelado de la sociedad donde nos desarrollemos. Pero por mucho que te distancies en el tiempo o en el espacio, el origen siempre aparecerá en tus decisiones, reacciones y comportamientos. El sello del origen. Por ejemplo, si en ese sello está el sentido de la responsabilidad nunca podrás abandonarte a actos que vayan en contra de cumplir tus obligaciones impuestas o autoimpuestas. Tu conciencia (o inconsciente, para ser más precisos) no te dejará tranquilo nunca. Cuando sientas que no haces lo que debes tanto a ti como a los demás te sentirás disociado, buscando razones creadas pero no sentidas. Si profundizaras en ese error estarás rozando la locura, la tristeza te inundará porque no serás coherente con tu origen, sentirás que lo defraudas. Aunque cambiar tus creencias siempre será posible, será tremendamente difícil si dichas creencias tienen raíces en tu educación, en la formación recibida en tu infancia, en las improntas de tus educadores. Esas creencias habrán contribuido, junto a tu genética y tus valores a conformar la estructura de tu personalidad, sean aquellas limitantes o potenciadoras. Y si las cambias cambiarás globalmente en todo. Aparecerá un carácter diferente, unos valores distintos. Buscarás la coherencia en otro entramado de opiniones y cada vez que las encuentres mirarás atrás, aunque no  te des cuenta más que por una ansiedad inexplicable,  para ver si casan con aquellas creencias originarias. Has de saber que en eso consiste el verdadero crecimiento personal: en modificar o eliminar creencias limitantes o potenciar y crear las que nos potencien para que nuestra adaptación y nuestra felicidad aumente.

La buena noticia es que existe la plasticidad cerebral. La nueva neurociencia y las investigaciones en psicología humana lo han demostrado sobradamente. Esto quiere decir que una creencia instalada en una persona puede ser cambiada por la misma persona o por otras. ¿Cómo? No es tan fácil como nos quieren vender las nuevas corrientes de "New age" o de pensamiento positivo. Según esas corrientes solo con cambiar conscientemente un pensamiento se cambiará "fácilmente" la creencia limitante que tengamos instalada en nuestro inconsciente. Hasta intentan convencernos, no sin cierta crueldad creo yo, de que somos individualmente y únicos responsables de TODO lo que nos pase pues según pensemos así será nuestra vida. Evidentemente no tienen en cuenta el cúmulo de variables y circunstancias que influyen y condicionan el devenir de nuestras vidas a pesar del esfuerzo que se haga, desde nuestro origen y entorno social y económico hasta catástrofes naturales pasando por enfermedades sobrevenidas que puedan sorprendernos. Quieren dar un poder al ser humano aislado que la evidencia y el sentido común pone de manifiesto que  no tiene.

Según muchas investigaciones científicas no es tan fácil cambiarnos a nosotros mismos. Según ellas, aunque la repetición de un pensamiento positivo puede con mucho tiempo y perseverancia conseguirlo, hace falta un trabajo arduo, sistemático y agotador por parte del individuo para conseguirlo, siempre y cuando las circunstancias lo dejen. ¿Y qué puede hacerlo más rápidamente? Parece que solo una emoción suficientemente fuerte puede rápidamente hacer cambiar una creencia establecida. Por ejemplo, si de pequeño te infundieron miedo a los ascensores, si viste el ejemplo de tu madre o padre que no cogía ascensores por miedo, estarás toda tu vida limitado para coger elevadores. Pero si un día tienes que subir a un noveno piso de un hospital, donde están las urgencias, con tu hijo en situación de riesgo vital, y en plena tormenta emocional coges el primer ascensor que veas en la planta baja para llegar lo antes posible a la novena,  muy probablemente se habrá acabado la creencia limitante que tenías respecto a los ascensores. Una emoción fuerte puede cambiar tu sistema de creencias.

También existen métodos basados en la manipulación, engaño, amenaza o tortura que pueden conseguir cambiar estructuras mentales establecidas. Lo saben bien las sectas religiosas y organizaciones con determinadas ideologías políticas (Goebels, Maquiavelo...). Incluso existe toda una nueva ciencia que usa técnicas de manipulación para cambiar creencias colectivas para vender lo que sea: el neuromarketing. Los supermercados lo saben bien y usan olores, música, iluminación y otras herramientas para conseguir que compremos este o aquel producto "engañando" literalmente a nuestro cerebro.

Para concluir esta reflexión recuerdo un principio básico de la PNL (programación neurolinguística): "el mapa no es el territorio".  Si. Cada persona es un mundo, cada cual tiene su verdad construida con una determinada visión de la realidad que nos sirven para dibujar nuestro mapa y así estar orientado en nuestra vida. Sabiendo que cada  cual tiene su propio mapa y que ninguno tiene porqué ser el que verdaderamente represente el territorio real, sabiendo que aunque nuestra mente crea que estamos en las mentes de los demás la verdad es que nadie piensa real y permanentemente en nadie distinto de sí mismo, sabiendo que aunque debemos tener y defender nuestra dignidad no somos tan importantes, sabiendo todo eso disfrutaremos de nuestro camino de vida respetando y apreciando el valor de todo el mundo y, sobre todo, a nosotros mismos.