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sábado, 28 de diciembre de 2013

Cambios en el modelo sanitario desde el punto de vista de un profesional médico

EL MUNDO CAMBIA

No se si os habéis dado cuenta: El mundo está cambiando. Hay cambios tecnológicos, culturales, legales…

Todo el mundo está interconectado y globalizado: es el mundo 2.0.

Hay móviles, internet, hay una conciencia global…No hay separación entre personas, el paradigma no son ya las fronteras ni la separación del enemigo

El mundo es global: el aleteo de una mariposa provoca un huracán a distancia…

Por ello cualquier decisión que tomemos en nuestra vida tendrá consecuencias no solo en tu entorno más cercano sino en todo el mundo. Hay que ser conscientes de ese detalle cada vez más.

INFORMACIÓN UNIVERSAL Y GRATUITA

También el mundo cambia por el ingente progreso en la información disponible para cualquiera. Todo el mundo sabe de todo. El mundo de internet se ha convertido en una extensión de nuestro cerebro, un corpus de memoria permanente e inmediatamente disponible. Y eso lleva a que en nuestras relaciones cada vez debamos ser más auténticos, más transparentes. Por ejemplo, cada vez hay menos asimetría entre el saber del profesional especialista en un ámbito determinado y el profano de la materia en cuestión. Uno de esos ámbitos es el sanitario: no cabe más que la transparencia en lo que un especialista médico transmita en relación a su servicio, pues si no es sincero ni honesto en su actividad tarde o temprano le caerá el desprestigio tanto entre los propios compañeros como, y más grave, ante sus clientes-pacientes.

CONCENTRACIÓN DEL PODER ECONÓMICO

Esos cambios generales encaminados a la globalización de la información también están provocando en muchos sectores económicos una hiperconcentración de poder económico tremendo. Uno de esos sectores es el sanitario. Y encima la crisis empuja cada vez más a que el pez grande se coma al chico. Veremos más abajo como las grandes empresas prIvadas sanitarias de nuestro país se están organizando.

CAMBIO EN EL MODELO DE ASISTENCIA SANITARIA

El modelo de asistencia sanitaria está, o mejor dicho, ha cambiado ya en nuestro país. La idea de un Sistema Nacional de Salud universal y gratuito ha empezado a entrar en una rampa imparable de destrucción. Ya no es universal y poco a poco cada vez menos será gratuito. La población en general (sobre todo la andaluza) aún no se ha enterado; pero eso es así querámoslo o no. Y los profesionales que trabajan en la sanidad pública están cada vez peor considerados y peor pagados, soportando condiciones laborales que desde mi punto de vista ofenden a la inteligencia y a los derechos humanos. Es inaudito que tras la ingente preparación de un facultativo médico especialista sea contratado con la precariedad que actualmente está imponiéndose. Por ello la salida cada vez más digna es el ejercicio libre de la profesión médica, sin el yugo de un sistema politizado y manipulado por un poder sin escrúpulos, al que sólo le importa autoperpetuarse.

CRECIMIENTO SECTOR PRIVADO SANITARIO

Y es por ello que está creciendo la oferta asistencial en la sanidad privada. Ya supone el 28 % de toda la asistencia sanitaria que se presta en nuestro país y el 2,5 % del PIB español. Está aumentando el número de centros privados de asistencia sanitaria integral como hospitales generales. La organización y la calidad buscada cada vez es más parangonable a la de cualquier centro de atención sanitaria pública. Incluso hay investigación y docencia similar o mejor a la de la sanidad pública.

COMPAÑÍAS DE SEGURO

Y dentro del sector sanitario privado son las compañías de seguro las que tienen la batuta, pues son las intermediarias entre los clientes-pacientes y los profesionales o centros proveedores de salud. Las grandes compañías de seguro y las grandes empresas privadas proveedoras de salud se han organizado en el IDIS (Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad) que reúne a 120 hospitales privados, 9 compañías aseguradoras y otros stakeholders claves del sector sanitario español. Esto da idea de la concentración de poder que se está produciendo y ante la que el profesional sanitario con ejercicio privado ha de defenderse. Y van ya por 7,6 millones de dobles asegurados. Esto es resultado de una comercialización agresiva, de una competencia entre las compañías enorme, de la situación económico-social, del mencionado cambio de modelo sanitario, de la segmentación de las pólizas…

PROFESIONALES SANITARIOS

Y ¿qué les está ocurriendo a los profesionales sanitarios? Actualmente se está produciendo una búsqueda por los mismos del medio de subsistencia derivado de su profesión aprendida, como siempre ha sido. Solo unos pocos encuentran un puesto de trabajo estable y duradero.  Y aparte de los que optan por la emigración, cada vez más dolorosa y numerosa, la precariedad del trabajo en la sanidad pública unida a la falta de expectativas profesionales dentro de la misma impulsa a muchos de ellos a vivir de su actividad privada, al menos parcialmente. Con el tiempo, y dada la mejor remuneración al trabajo que se consigue en la sanidad privada, la dedicación a la misma cada vez es mayor en detrimento de lo público. Se produce una negociación encarnizada entre las compañías de seguro y dichos proveedores de salud. Aquellas intentando pagar lo menos posible por lo que ellas llaman “siniestros”; y éstos intentando defender su derecho a unas remuneraciones dignas por su trabajo  Son profesionales cada vez mejor formados e informados, que usan la medicina basada en evidencias, que trabaja en equipo. Pero su relación con el paciente está derivando a la desconfianza por miedo a la demanda judicial, usando cada vez más y más consentimientos informados. Se relacionan con la farmaindustria en base a un código ético cada vez más estricto, pero aún sometidos a una presión comercial desmesurada al ser utilizado este medio como suministradora de formación continúa siempre cara y lenta.

COMO FUNCIONA LA SANIDAD PRIVADA

Pero en la sanidad privada hay un problema: todo depende del profesional y de su rendimiento. En la misma no hay contratos permanentes y eternos. El derecho al trabajo hay que ganárselo día a día. Funciona la ley de la oferta y la demanda. Y el consumidor del servicio sanitario tiene el poder de elegir compañía, de elegir profesional, de elegir clínica, etc. El cliente cada vez está mejor informado y cada vez exige más calidad en su atención. El profesional que quiera vivir de su actividad privada debe dar esa calidad sin más demora, sin justificaciones externas, buscando la excelencia que lo diferencie del competidor que son los otros profesionales sanitarios.

Este escenario es el que hay. El médico que quiera vivir dignamente de su profesión, que quiera un desarrollo adecuado de su carrera profesional ha de trabajar duro. Tiene que diseñarse a sí mismo y tener las cosas claras en relación al mundo donde se mueve. Debe olvidarse de que la medicina y el dinero se llevan mal. Debe adquirir conciencia de que tiene derecho a ser remunerado dignamente por el servicio que presta a la sociedad, pues la sanidad no tiene precio pero cuesta dinero. Es poco asumible que los ingresos procedentes de compañías de seguro tengan unos márgenes muy limitados, unos baremos desactualizados y cambiantes y unos pagos arbitrarios.

El médico actual debe, además, casar eso con la prestación de un servicio excelente y de calidad, actualizado y moderno, cada vez más subespecializado. Y debe además conseguir una imagen entre sus clientes-pacientes de integridad científica y moral, con transparencia en su actuación, atención contínua basada en la deontología profesional más exquisita. El reconocimiento social vendrá por añadidura y la satisfacción personal igualmente.

SEGURIDAD SOCIAL Y EN EL PUESTO DE TRABAJO

Hay modos de conseguir la seguridad aparente que da la sanidad pública. Esto existía antes cuando las plazas en propiedad eran una posibilidad cierta, cuando los sueldos se actualizaban permanentemente y cuando dichos sueldos eran dignos en el servicio sanitario público. Actualmente las remuneraciones de un médico especialista están mermando cada vez más. Y la seguridad social, las cotizaciones para conseguir una pensión pública en el futuro cada vez son más precarias e inciertas. En la actividad privada esa seguridad en cuanto a la asistencia sanitaria y en cuanto a las pensiones futuras se consiguen de otro modo, más seguro incluso que siendo asalariado público.

GESTIÓN DE LA CONSULTA PRIVADA

Y el desarrollo profesional que hasta ahora sólo se conseguía en los hospitales públicos cada vez más es posible obtenerlo en la sanidad privada. Además el límite es autoimpuesto por el profesional. Este se desarrolla cuanto quiera, o cuanto se vea obligado por las exigencias del cliente o por la otros profesionales con los que tenga que competir.

Hay cuatro modos de gestión privada de consultas:
Médico independiente
Asociación a policlínicas
Situación mixta
Asociación a equipos profesionales estructurados

De todas ellas la más actual y la que mejor puede hacer conciliar la vida profesional, individual y familiar para un médico es la asociación de equipos profesionales. Cada vez es más difícil la independencia absoluta y la asociación a políclinicas da en una nueva explotación del profesional que termina desincentivado y descomprometido con su profesión. Y tanto el médico independiente como el asociado a policlínicas termina siendo explotado por su indefensión ante las compañías.

De todo lo anterior se deduce que solo aquel profesional que de la cantidad y calidad suficiente en su actividad tendrá una vida de éxito en el escenario actual: vivir dignamente de su actividad profesional y progresar en su carrera











domingo, 6 de octubre de 2013

Un niño y un padre


Un niño y un padre
Os voy a contar una historia. Es la historia de un niño que se impregnó de un ideal gracias a su padre. Era una esponja y creció adquiriendo valores de solidaridad, de respeto al ser humano…de amor. Su padre era campesino. Trabajaba de sol a sol  y aunque físicamente casi no lo veía lo tenía presente constantemente. Su madre, amorosa y ama de casa a la antigua usanza, le hablaba de él y de sus valores. Y en los escasos ratos de convivencia de la familia completa –también con sus dos hermanos mayores-, ya era por la noche en el día a día o cuando en las vacaciones o fiestas le ayudaba en las labores del campo surgía una comunicación de calidad entre padre e hijo. No hacían falta palabras, aunque las había. La comunicación no verbal era permanente, había una ejemplaridad en todos los actos de su padre y en las conversaciones que le oía mantener con su madre o con otros adultos. Todo lo que expresaba ese ser grandioso, su padre, estaba basado en la honestidad radical, en la seriedad, en el respeto a sus mayores, en la tolerancia a la opinión ajena, en el amor a su trabajo como medio de ganarse la vida para él y su familia. La profesionalidad como valor fundamental, el gusto por las cosas bien hechas.

Su familia. Para su padre era lo más importante: el sentido de su vida. Aunque defendía y se sentía responsable del núcleo fundado por él y su esposa, jamás se olvidaba de sus padres y hermanos. Sufría con las rencillas familiares entre ellos; buscaba la armonía, aún a costa de su sufrimiento o su renuncia. Ese amor por sus hermanos y familia en general lo transmitió a sus hijos, entre los que se enorgullecía de estar. Les transmitió que nada material podía estar por encima de su fraternidad. Y que la mentira “tenía las patas muy cortas”: “Hijo mío, con la verdad se llega a todas partes”.
 
El niño creció escuchando de su padre historias de la postguerra, de la represión franquista en su pueblo y alrededores, en España en general. El niño adquirió miedo a la manifestación libre de su opinión política –“no te señales hijo”. Su padre, aunque le gustaba la política y opinar de los asuntos públicos, solo lo hacía en privado; cerraba la puerta de la calle con cerrojo “no sea que me escuchen los falangistas”. Tenía miedo a las represalias del poderoso pues las había visto y vivido muy de cerca. Ese miedo se te mete en los huesos y no te abandona en toda tu vida. Con la represión organizada de una dictadura sientes que si defiendes públicamente tus ideales, si luchas por lo que entiendes que es justo contra el poder establecido estás poniéndote en riesgo no solo a ti sino también a tu familia. Y si no eres un héroe, o no tienes vocación de ello, en medio de un ambiente represivo y dictatorial, el atrevimiento tiene riesgos difíciles de asumir.

El niño escuchó de sus padres que había que esforzarse. Su padre solo quería para sus hijos un mundo mejor que el que él tuvo en su infancia; y por eso no quería que fuesen del campo. No le gustaba el trabajo del campo para sus hijos. Veía el trabajo en la agricultura como duro, desagradecido, imprevisible, escaso, mal remunerado, humillante a veces. Sin embargo a él le gustaba. Dominaba todas las tareas del mismo. Le encantaba la viña y sus labores: la poda, la recogida de sarmientos, la quema de los mismos para hacer cisco, el arado de la tierra, la castra, el sulfato, la corta de la uva… O su huerta: medio de vida fundamental. Recogía sus productos por la tarde y los comercializaba por las mañanas. Vendía y pregonaba en pueblos cercanos lo recogido en la cosecha cada día: tomates, melones, sandías, pimientos, rábanos, lechugas, cebollas, ajo… Y se ganó el cariño de los lugareños. El niño, su madre y sus hermanos también vendían: ambulante en la plaza de abasto o de puerta en puerta: “¿niñaa, quieres rábanos?!” “Dame dos manojitos”. ¡Qué felicidad cuando consumaban una venta! ¡Qué decepción si no vendían!

Sin embargo el padre quería para sus hijos un oficio, pero no el del campo. Y lo consiguió. Todos sus hijos tienen oficio hoy en día. Todos sus hijos aman a su oficio. Todos sus hijos son profesionales reconocidos en sus profesiones, manteniendo a su familia con la dignidad que él le transfirió. Son trabajadores como él quiso que fueran: honrados y abnegados.

Incluso consiguió con su esposa darle estudios universitarios a uno de sus hijos: el niño de la historia. Un niño que ya es adulto con valores y miedos, serio y honesto, trabajador, sensible, a veces impulsivo, que ama a su familia, que ama a su tierra, que sigue luchando por el ser humano en sentido amplio porque cree en la vida, cree en la providencia de la vida, y cree que volverá algún día a ver a su padre, a fundirse con él y su energía…eternamente…

“…Y QUISE RECORDARTE, PADRE,
LLENO DE TRISTEZA 

PORQUE TU TE FUISTES 
PORQUE TU TE FUISTES 
DONDE LAS ESTRELLAS 
LO MISMO QUE EL HUMO 
DE NUESTRA CANDELA 
LO MISMO QUE EL HUMO ¡PADRE! 
DE NUESTRA CANDELA…”



jueves, 3 de octubre de 2013

EL PUEBLO ESPAÑOL Y SU DESMOVILIZACIÓN

La desmovilización del pueblo español

La desmovilización del pueblo español, según muchos sociólogos, politólogos  y ya incluso historiadores proviene de una transición basada en un consenso extraño entre la derecha (régimen franquista) y la izquierda (principalmente PSOE y PCE). Aquellos se convirtieron en demócratas de la noche a la mañana y estos en aras de un pragmatismo que les daba "vela en el entierro". La izquierda se tuvo que comer el sapo de la ¡monarquía! Pero así tuvieron acceso al poder con la partitocracia a la que se apuntaron. Porque una cosa es predicar y otra dar trigo. Una cosa Son las declaraciones ideológicas y otra la realidad.  En fin quizá no rompieron con el franquismo y admitieron sólo una reforma del mismo para no desenterrar las dos Españas que tanta sangre hicieron correr en épocas preteritas. Pero la renuncia a la República española ¿es definitiva? ¿Crees que se ha regenerado la derecha y se ha hecho demócrata y por consiguiente acataría esa forma de estado si así lo votara el pueblo español mayoritariamente? ¿Qué piensas de todo esto?

¿Existen las dos Españas?

Da la sensación de que existe aún una España minoritaria que clama justicia por la memoria de sus muertos (antepasados cercanos) y otra que bloquea esa demanda y mira el futuro sin mirar atrás tal vez sin haber aprendido de la historia de su país, sin reconocer que aquí pasó algo. Pero creo que hay una tercera España. Es la indiferente y cobarde, sólo centrada en su presente, en "su pan, su hembra y la fiesta en paz", que cree disfrutar de una libertad que cuando menos esta sesgada y orientada a lo políticamente correcto. Y es que hay que sobrevivir como sea, si es Preciso apuntandose a una resignación pacífica, tolerando injusticias y arbitrariedades surgidas desde el poder, viendo y participando de una corrupción rampante. Y quien esté libre de culpa que tire la primera piedra.

El nacionalismo, sea el que sea.

Y a río revuelto ganancia de pescadores: aprovechando el descontento, oligarquías nacionalistas lo aprovechan para acusar al centralismo de los males de una parte de España. No dudan en manipular y tergiversar la historia en su beneficio. Y en lugar de unir separan. Buscan privilegios por ser quienes son. Se olvidan de que los seres humanos somos iguales cuando nacemos y de que deberían las leyes encaminarse a garantizar esa igualdad. Se olvidan de la solidaridad inherente a la supervivencia de la especie humana. Se justifican en un sentimiento nacionalista con el que al parecer se nace. Y se olvidan del nacido en su mismo pueblo, a veces en su misma familia, y que no piensa o siente como él. Los que entienden el nacionalismo de esa forma Sólo buscan ser poderosos entre sus iguales y privilegios por ser quienes son.
Entiendo el nacionalismo como movimiento cultural que busca lícitamente mantener tradiciones adaptadas al terreno y forma de ser histórica de una determinada región geográfica. Y en este sentido todos estamos igualados. ¿Cuándo nos paramos en la definición o cuantificación de esa región? ¿Buscamos para arriba o para abajo? ¿Puede ser nacionalista un almonteño que defiende la identidad cultural  de su pueblo como hecho diferencial? ¿O para reivindicar un derecho nacional hay que irse a regiones más y más extensas? Las razones históricas las tienen todos. La posibilidad de la interpretación sesgada de la historiografía también está ahí para todos. Sólo hace falta una estructura política y un poder económico que decida abordar esa "manipulación" que convenza a los lugareños de que son "únicos y diferentes" al resto de la humanidad. Y a ganar poder...como hizo Franco y los nacionalistas españoles y ya saben de qué forma, porque eso si es historia: el extremo es estar dispuesto a matar a tu hermano si éste no opina como tú. Aviso a navegantes.

viernes, 9 de agosto de 2013

El maquinista ¿único responsable?



Vale, bien. El maquinista se equivocó y su error tuvo consecuencias horrorosas: vidas rotas y segadas inesperadamente y sufrimientos por doquier. ¿Pagará por ello civil y penalmente? Sólo la justicia con mayúsculas deberá decidirlo. Nunca la irreflexión y la imprudencia que no escucha argumento alguno. Los jueces deberán valorar para su sentencia una infinidad puntos y circunstancias que, concurriendo en el mismo lugar y tiempo, conformaron la constelación de concausas que ayudarían a la causa necesaria a que se produjese el fatal accidente. Esta causa necesaria tal vez fuese el despiste terrible e inoportuno del maquinista, técnicamente la falta de "consciencia situacional". Todas las concausas analizadas irían en socorro de este señor y conseguirían atenuarle la pena impuesta hasta, porqué no, eximirle de responsabilidad. Incluso posiblemente  aparecezcan nuevos "culpables" o al menos corresponsables del descarrilamiento. La justicia hablará cuando corresponda, evitando presiones de políticos y medios para que se señale a un chivo expiatorio indefenso y condenado sin presunción de inocencia.

Investigando sobre la frecuencia de esos errores humanos encuentro en una revista chilena los siguientes datos referidos a los accidentes aeronáuticos que sin gran esfuerzo se pueden extrapolar a los ferroviarios: 

"...Al analizar las estadísticas de accidentes de aviación, se ha atribuido responsabilidad de éstas al factor o error humano en un 80% a 90% en la aviación civil general, 65% a 75% en la aviación militar, y 50% a 60% en aviación comercial de transporte de pasajeros, tasas que evidentemente son muy significativas. Dentro de estos factores humanos, en aviación militar se atribuye un 5% a fenómenos fisiológicos, un 20% a desorientación espacial, y un 70% a un concepto conocido como LSA (“Loss of Situational Awareness”) o pérdida de conciencia situacional.

Podemos plantear que existen similitudes entre la industria aeronáutica y la industria minera  (aquí podría incluirse también los accidentes ferroviarios) que tienen relación con el uso de tecnología (grandes equipos) y la exposición al riesgo de ciertos cargos.

La “conciencia situacional” es el resultado de la comprensión de lo que ha ocurrido, lo que está sucediendo y lo que podría llegar a suceder. Para aprender, la mente funciona bajo criterios de comprensión, interpretación y equivalencia entre unos eventos y otros; sólo así es posible predecir, diagnosticar y actuar. Se hace consciente para la persona que cierto evento, por ejemplo, de riesgo, está relacionado con otros anteriores; se vincula esto a lo que está haciendo en ese momento y lo que podría ocurrir. Los errores del pasado son claves en este modelos, pues es la falla la principal fuente de la toma de conciencia..."

Los humanos con grandes responsabilidades a sus espaldas que impliquen a otras vidas igualmente humanas (conductores de autobuses o de tren, pilotos de aviones, cirujanos, etc ), tienen que entrenar esa consciencia situacional y asumir las consecuencias de su pérdida por imprudencia o por negligencia. Pero eso no quita que se habiliten medios organizativos o tecnológicos para evitar o disminuir al máximo el error humano. Esta obviedad es cada vez más reconocida en las organizaciones de servicios y empresariales.

Pero me gustaría llamar la atención sobre un punto concreto: El  maquinista reconoció desde el primer instante su error y asumió como consecuencia del mismo su parte de culpa en el accidente. Es decir, reconoció que en un momento dado perdió la "consciencia situacional" para recuperarla luego, pero ya tarde,  para evitar el accidente.  Opino que ese acto de constricción denota cualidades que andan escasas en el patio nacional actualmente: la honestidad y la valentía. Demuestra con su confesión tener valor para asumir críticas y desprecios de los demás, rechazo social en lo que le quede de vida e incluso la posible condena penal y civil correspondiente. Y lo que es más demoledor: el tormento que le viene de su propia consciencia de saber lo que ha provocado en  sus semejantes, seres humanos igual que él. Y eso que su propio fallo podría haber dado al traste con su propia vida, objetivo absurdo en sí mismo dado el reconocido instinto de supervivencia de todo ser vivo, incluidos los seres humanos. Eso se llama dar la cara, exponerse al juicio de los demás a pecho descubierto, dominando los miedos que a buen seguro su ego tendría.
Me viene a la memoria otros que siendo evidente su responsabilidad en el accidente mortal para otros y habiéndose salvado ellos del mismo niegan y reniegan su error escudándose en trampas procesales y argucias legales cuando no en mentiras evidentes para cualquier inteligencia media. ¿Os acordáis del torero famoso y su negación de pruebas? ¿Y del bailaor que tardó no sé cuanto tiempo en reconocer su fallo? ¿Y del capitán del barco encallado en la costa italiana?...pero sobre todo, acordaos de tanto y tanto político que huye y oculta sus responsabilidades en errores catastróficos para infinidad de personas. Para ellos el fin siempre justifican los medios. Son como ratas de barco, huyen las primeras cuando la nave zozobra. Y siempre la culpa es de otros. Nunca dimiten, nunca reconocen sus culpas. En cambio señalan y se ocultan como las sombras entre los acontecimientos y las cabezas de turco, que la mayoría de veces o son inocentes o ingenuos confiados.

jueves, 25 de julio de 2013

La vida

La vida, me decía un amigo, es tan corta que no da tiempo a hacerlo todo. Y ¿qué es ese "todo"? Me pregunto. ¿Cada cual sabe su respuesta? No. La respuesta es dinámica y cambiante como el color del camaleón , escurridiza como el pez vivo en tus manos, oculta  tras la cortina de las  necesidades y pasiones individuales, a veces inconscientes y reprimidas. 
Esta claro: hay que Vencer el miedo a perder lo conocido pero sin saber lo que ganamos. Lanzarse al vacío y mientras caes construirte alas de salvación o aprendiendo a volar desnudo, asumiendo que te estrellarás antes o después. 
Es la única verdad: nos iremos de este mundo. Pero mientras llega el óbito,no lo pongas en el centro de tus pensamientos.
 Disfruta del viaje. Elige ser feliz.  Vive mientras estés vivo.  No prestes oídos a estridencias, no huelas La pestilencia, no toques el fuego destructor, no desvíes tu mirada a cuadros negros construidos por el mono de tu mente, mira con mirada clara. No pruebes lo que se sabe que es amargo. Huye del pesimismo. Sonríe y crea. Tus acciones retroalimentarán tu bienestar y tu alegría. Los que te rodean te buscarán y serán felices a tu lado. No habrá soledad en tu existir. Y tus huellas harán sonreír a los que se queden, crearán felicidad y la rueda seguirá rodando. 
Pero...¿Donde vivir?:  "donde están los míos, mis vivos y mis muertos"' decía un explorador argentino. Simple y sencillo. Con planificación, sin conspiraciones y sin aventura. No rebelde ni opuesto al sistema, pero inconformista con buena voluntad de cambiarlo para mejorarlo. 
Nuestras metas no deben ser llegar a la cumbre... Nuestra metas es llegar a casa sano y salvo. No infles tu ego con falsas victorias, servirán para alimentarlo -y es insaciable-. Si alcanzas alguna cumbre, esta no es propiedad tuya ni de nadie. Será efímera. Usala para aprender porque desde la cumbre se ve el llano, la familia, el mundo...la verdad. Pero no te la apropies. Los aplausos de hoy serán indiferencia o rechazo mañana. Busca tu centro y defiéndelo. Conócete, quiérete con tus luces y sombras, no presumas de aquellas y siente estas como parte de ti, así serás humano y el valor será tuyo vivirás con la conciencia tranquila.
Y Quien, de donde y adónde regresar: fundamental saberlo, no perder las referencias requiere tu concentración en tu origen. No las olvides pues sí lo haces tu barco naufragará y cuando encalle la desorientación te invadirá de pánico.  Agradece la acogida, los tuyos son parte de tí., te aseguran el calor de la cuna, el cariño, La Paz , la ayuda... Y no intentes cambiar lo que de tí no dependa. Pero piénsalo bien, porque no olvides que existe sólo un universo. Sólo hay un ser que se manifiesta en ti completo y que por ello lo que seas y lo que hagas influirá en ese ser universal. Huye de la resignación sin haberlo intentado. La providencia te ayudará si lo que eliges es bueno para tí, es bueno para el todo.
Y no olvides que la vida es desafío a imposibles que NO EXISTEN. 

domingo, 28 de abril de 2013

Necesidades

Una persona cualquiera

Una vez satisfechas las necesidades primarias o fisiológicas (hambre, sed...), el ser humano se preocupa de la seguridad física y de que en el futuro no le arrebaten o menoscaben las necesidades primarias . Si la preocupación se convierte en miedo, pierde su libertad y actúa como fiera acorralada,  viéndose o no, atisbando peligros por doquier, reales o imaginarios. Pero, creciendo, consigue recursos suficientes.  Pasado el tiempo, acostumbrado a que no le falten los medios para cubrir sus necesidades primarias ni se vea menoscabada su seguridad, el hombre siente otras necesidades. Se centran en la aceptación social y en la autoestima,  para lo cual sienten la necesidad del reconocimiento de los demás. Empieza entonces a adquirir compromisos con el resto de la sociedad. Incluso necesita de la espiritualidad, se hace grandes preguntas y busca respuestas siempre incompletas o imperfectas.  Se atreve a procrear, empieza a tener a otros seres humanos a su cargo; hace transacciones comerciales que le generan compromisos presentes o futuros, a veces a muy largo plazo. Y Según les vayan, si la salud la conservan, a algunos les siguen aumentando sus necesidades sintiéndose responsables de subvertir no sólo las suyas. También las carencias  de los seres que quiere y que siente como suyos le suponen unas obligaciones  a cubrir.  La creencia de sentirse imprescindible se instala sigilosamente sin hacer ruido. Sacan fuerzas de flaqueza pero pronto sienten angustia y de nuevo miedo a no poder satisfacer esas  necesidades, esta vez, creadas. Entra en una lucha sin fin, se introduce en la rueda del cobaya sin poder abandonarla hasta que,  ya exhausto, le decaen las fuerzas y se agota en una tensión que poco a poco le apaga la luz de la vida hasta morir sin que nadie lo haya tenido en cuenta. 

La vida, me decía un amigo, es tan corta que no da tiempo a hacerlo todo. Y ¿qué es ese "todo"? Me pregunto. ¿Cada cual sabe su respuesta? No. La respuesta es dinámica y cambiante, escurridiza, oculta entre necesidades y pasiones individuales. Es superar retos sucesivos. Debemos hacerlo sin miedos. Afrontar un reto nutre al cuerpo, cambia su biología, pero sobre todo nutre al pensamiento, generas recursos que ni te imaginas que existen. En retos especiales asciendes montañas. Y Cuando asciendas a una montaña y estés cerca de la cumbre verás en ésta alguien o algo que admirarás. Pero cuando llegues, sabrás que tu esfuerzo habrá sido vano si no compartes tu éxito. Y sobre todo si logras dominar el resentimiento hacia los que no te ayudaron por acción u omisión. Transformar los resentimientos en serenidad, evitando odiar por las construcciones mentales erróneas o por prejuicios infundados o juicios tendenciosos, ese es el secreto de la felicidad. Consiste ésta en conseguir una conciencia tranquila disfrutando del camino, Saber desaprender buscando otros caminos, otros escenarios. Pero siempre con la certeza de que no hay final, no existe el descanso eterno en esta vida al menos. Sólo un vegetal ¿sin alma? logra la tranquilidad indiferente a lo que pase...

MI CONCEPTO DE CIRUGIA


EL ARTE DE LA GUERRA

Según cuenta una vieja historia, un noble de la antigua China preguntó una vez a su médico, que pertenecía a una familia de sanadores, cuál de ellos era el mejor en el arte de curar. El médico, cuya reputación era tal que su nombre llegó a convertirse en sinónimo de “ciencia médica” en China, respondió: “Mi hermano mayor puede ver el espíritu de la enfermedad y eliminarlo antes de que cobre forma, de manera que su reputación no alcanza más allá de la puerta de la casa. “El segundo de mis hermanos cura la enfermedad cuando ya es extremadamente grave, así que su nombre no es conocido más allá del vecindario. “En cuanto a mí, perforo venas, receto pociones, y hago masajes de piel, de manera que, de vez en cuando, mi nombre llega a oídos de los nobles.” Entre los relatos de la antigua China, ninguno capta con más belleza que éste la esencia de "El Arte de la Guerra"… Las artes de la curación y las artes marciales (…) tienen paralelismos en varios sentidos: en el de reconocer, como cuenta la vieja historia, que cuanto menos se necesita algo o a alguien, tanto mejor; en el sentido de que ambos grupos de artes requieren la estrategia para tratar la ausencia de armonía; y en el sentido de que para ambos el conocimiento del problema es la clave de la solución.

Y es esta la concepción que tengo de la cirugía: la de que es arte y ciencia a la vez. Para mi ser cirujano es ser humano. Practicar cirugía con conciencia es un constante vivir en filo de lo imposible. El cirujano no tiene nunca controlados todos los riesgos aunque es su responsabilidad tenerlos siempre a raya. Para ello debe preparar antes, durante y después de una intervención quirúrgica todo un cuerpo de acciones y circunstancias conscientes e inconscientes que se encaminen al objetivo de toda actuación médica: la curación o el alivio de un determinado padecimiento de un ser humano.

Ese debe ser el enfoque: el ser humano. El cuerpo es nuestro elemento de trabajo. Sobre el mismo debemos actuar con el mayor de los respetos y no mecánicamente. Sabiendo que es escenario en el que actúan y confluyen muchos actores y circunstancias. Han de tenerse en cuenta todas esas circunstancias de la persona enferma. Son eventualidades que van más allá de su anatomía, fisiología, o patología que indica la cirugía a practicarle. Una persona tiene una preparación cultural y un entorno socioeconómico que la condiciona y se merece el mayor de los respetos a la hora de entrar a modificar su estado. Esa visión global del ser humano es la que debe guiar a todo médico, pero aún más a todo cirujano. No debe ser el enfoque de éste ser "estrella" de teatro...el quirófano no es un teatro. No deben ser los aplausos de pacientes, familiares, compañeros o sociedad en general  nuestro estímulo, sino la consecución de una curación y alivio de un ser humano.

Y no sólo al paciente y sus circunstancias hay que tener en cuenta; también el cirujano ha de analizarse a sí mismo y sus particularidades técnicas, científicas y humanas a la hora de practicar una cirugía. Debe hacerse preguntas: ¿he estudiado suficientemente al paciente y su patología? ¿qué técnica debo emplear? ¿Hay alternativas NO quirúrgicas o quirúrgicas menos agresivas? ¿Qué mejoría o curación conseguiré? ¿Qué vía de abordaje es la mejor? ¿He solicitado y obtenido el consentimiento informado? ¿Tengo en cuenta los riesgos de la técnica y estoy preparado sólo o con ayuda suficiente para solucionar las posibles complicaciones? ¿Tengo los medios suficientes para el postoperatorio en función de la cirugía a practicar y de las patologías de base del paciente? ¿El estudio preoperatorio, incluido el preanestésico,  se ha completado convenientemente? ¿Conozco el instrumental y equipamiento a usar? Y, sobre todo, ¿Conozco la técnica a practicar? ¿Estoy preparado?

Algunas de esas preguntas solo pueden ser contestadas mirándonos hacia adentro, siendo sensatos con nosotros mismos y con los demás y teniendo sentido común. No perder la autorreferencia para saber en qué lugar y en que tiempo se está es difícil pues el ego siempre está al acecho y juega malas pasadas.

lunes, 25 de marzo de 2013

Tipos de personas

Según Pimentel hay tres tipos de personas ¿me cuál te enmarcas?


• Zombis (60%): siguen a la masa sin personalidad propia
• Turistas (35%): superficiales y les gusta la foto, el mundo es un decorado, no profundizan. Pueden ser de tres tipos: discretos, floreados y tuneados, algo hiperbólicos
• Caminantes (5%): comprometidos consigo mismos y con los demás y con el Entorno.

Según José Antonio Marina hay dos:

.Pulpos: con iniciativa, buscadores...
.Almejas: esperando, pasivos, a ver qué pasa...


LA DECEPCIÓN


"Pesar causado por un desengaño". Así se define en el diccionario un sentimiento bastante corriente: la DECEPCIÒN. La  imperfección  del  ser  humano  hace  que TODOS  nos decepcionemos  mutuamente, a  los  demás  y  que  nos  decepcionemos a nosotros mismos. Y somos humanos. Y en esa humanidad están  los errores  y  en  esos  errores  está  la  humanidad.  Somos  siempre,  siempre,  durante toda nuestra vida el niño que se cae y se  levanta hasta que ya se mantiene erguido y puede andar  de  pie  solo.  Somos  siempre  un  niño  en  busca  de  aprender  algo...ensayando  y errando,  haciendo  y  deshaciendo,  creando  algo  nuevo  de  lo  ya  aprendido,  a  veces  sin saber de donde y porqué.

De como  los demás, entre  los que están nuestros padres o nuestros maestros, acepten
nuestros  errores  así  se  irá  forjando  nuestra  personalidad.  Si  ante  errores  o  fallos
inocentes  somos  recriminados  con  enfado  y  rechazo  se  nos  grabarán  mellas  a  la
autoestima  en  nuestro  subconsciente,  fijando  profundamente  sentimientos  de  rechazo hacia nosotros mismos. Por ello siempre y màs si somos ya adultos debemos estar alerta ante nuestras reacciones a fallos, errores, enfados, y meteduras de pata de nuestros niños. Y más si esos niños son nuestros hijos o nuestros alumnos. No se debe reaccionar y si se debe dar respuesta serena y reflexiva. Y acompañar al pequeño en la compresión del  error  para  que  lo  evite  en  el  futuro.  Solo  así  crecerá  en  sabiduría  y  solo  así  la autoestima permanecerá intacta.

Pero, claro, esta sabiduría  la sabemos ahora, con  la madurez. Nadie nos  lo dijo cuando
nos  hizo  falta:  cuando nos correspondió educar  a  nuestros  niños.  Nosotros  también  somos  humanos,  y  nos equivocamos  antes  y  ahora  con miles  de  reacciones  ante  fallos  de  nuestros  hijos. Debemos  pedir perdón. La soberbia y el orgullo fatuo deben estar lejos de nuestros sentimientos para no permanecer en el "mantenella y no emendalla". Pero los hijos son para casi todo el mundo el sentido de la vida. Por ellos soportamos largas jornadas de trabajo sin que nos pese. Por  ellos  seguimos  aprendiendo  y  procurando  ser mejores  personas. Porque queremos  a  nuestros  hijos,  amamos  a  la  humanidad  entera.

A veces  esperamos  de  los  demás  lo  que  no  nos  dan. Y  nos  decepcionan. No siempre  los  demás  tienen  por  qué  saber  lo  que  se  espera  de  ellos.  Todos  tenemos nuestros pensamientos y cosas que nos ocupan y preocupan, tenemos ese derecho a ser libre  no  solo  de  palabra  sino  también  de  pensamiento. Que  no  hagan  o  digan    lo  que esperemos  de  ellos  hacia  nuestras  personas  no  significa  siempre  que  nos  ignoren, desprecien o rechacen. Mucho más es así cuando la persona que decepciona es alguien cercano  y  querido.  Simplemente,  la mayoría  de  veces,  serán  olvidos  inocentes, malos entendidos  o  inconsciencia  del  daño  infringido.  Es  así,  por  ejemplo,  cuando  no  nos felicitan en nuestro día alguien que queremos y que sabemos, por su trayectoria, que nos quiere, ¡A saber el motivo! Puede estar muy ocupado con otras cosas, con el trabajo o con preocupaciones que ni nos  imaginamos. Eso de  "cumplir siempre" es de  "cumplidos". Y los cumplidos son  fórmulas sociales o de urbanidad no siempre  llenas de sinceridad. En general,  las personas cercanas o queridas siempre están cumplidas, pues no necesitan de días especiales para hacer esos parabienes, lo hacen siempre...permanentemente.

Hay decepciones difíciles de superar. Porque tienen transcendencia casi definitiva y duradera en nuestros proyectos vitales. Me pasó a mi mismo. Creí en una persona y su proyecto relacionado con mi profesión. Básicamente defendíamos, o al menos así lo percibía yo, los mismos valores y misión. Me comprometí y fui leal durante mucho tiempo. Me ofreció y yo aproveché oportunidades que fueron determinantes en mi devenir profesional. Pero luego la ejecución del proyecto fue otro y me llegó la decepción. Y con ella la sensación de engaño. Con rabia me rebelé y me enfrenté exigiendo rectificación. Fue ingenuo pensar Por mi parte que así sería. Luego me recuperé. Porque nada debe hundirnos. En la adaptación a las nuevas circunstancias está la verdad. Incluso llego a justificar a la persona que me decepcionó gravemente. Tendría sus razones íntimas o informaciones que a mi no me llegaban. Ya sólo le reprocho que aún no tenga el detalle de explicármelo. Pero nada de rechazo u odio me queda. Si confieso que siento algo de indiferencia y poco aprecio por esa persona. Dejó de tener credibilidad para mí. Ahí quedó todo. Y la vida sigue. A lo mejor fui yo el que decepcionó.