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sábado, 13 de diciembre de 2014

ELEGIR

Elegir entre opciones distintas. 

Un estudio dice que en Estados Unidos un ciudadano hace unas 70 elecciones diarias, sea de la cuestión o cosa que sea. Este dato es extrapolable al resto de países ricos occidentales. Es una descripción de lo que es nuestra vida: inundados de momentos para decidir. Y esas decisiones nos van dejando un poso de angustia e insatisfacción. Se instala en nuestra conciencia lo amargo de la renuncia sin disfrutar de lo decidido. Quizá porque ya lo tenemos. 
Las elecciones continuas las hacemos entre opciones más o menos numerosas dependiendo de muchos factores. Se sabe que en las sociedades desarrolladas esas opciones son en general más numerosas que en sociedades donde el supuesto progreso no ha llegado. 
Y es que a más modernidad más posibilidades. Y también a más libertad mas posibilidades. Y evidentemente a mayor poder económico INDIVIDUAL, si se es libre en una sociedad moderna, más posibilidades para elegir tendremos. 
Y esto al ser humano actual  no le da mas felicidad. No pocas veces y muy al contrario, le da  mas infelicidad. Surge en su alma por la sensación de pérdida de oportunidad, por buscar TENER olvidándose del SER. 

Y la pregunta es ¿cómo elegir bien? ¿Hay siempre una opción mejor que otra? 
La angustia es por saber cómo elegir, es por la inseguridad de que usamos los parámetros adecuados en la medición de los pros y contras de cada elección.  
Pero LA GRAN NOTICIA es que en las grandes decisiones de la vida (qué profesión, con quien me caso, donde vivir...) NUNCA hay una decisión "mejor" que la otra. Reitero: debemos saber que ninguna elección difícil entre dos alternativas será entre una mejor que la otra: las dos implicarán inconvenientes y ventajas. 

¿Hay algo, entonces, en que apoyarnos de manera universal?
Si lo que se busca es una mayor felicidad desde luego que no hemos de apoyarnos en el dinero a ganar. 
Los valores si, pero no hay unos mejores que otros! No hay ciencia en ellos. Pertenecen a los convencimientos más íntimos y forjados a lo largo de nuestras vidas. 

No valen las razones ajenas, solo las propias se puedan o no explicarlas racionalmente. Solo si nos POSICIONAMOS en una de ellas seremos nosotros mismos, buscar la respuesta a la pregunta: ¿quien y como quiero ser?

En definitiva...volver al "CONOCETE A TI MISMO"