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viernes, 15 de julio de 2016

El tamiz social, la conciencia y el miedo a la libertad

El despertar

Se despertó y abrió los ojos como quien nace a la vida. Percibió el ambiente frío en su cuerpo como quien sabiéndose vivo siente intensamente. Además de pensar en lo mal que había dormido, apareció en su pensamiento la segunda queja del día: ¡qué clima tan malo, joder! Sintiéndose cansado salió de la cama como pudo; le dolía todo. Fue a la ducha tembloroso, tambaleante, y se despabiló bruscamente con el chorro de agua fría inicial, antesala de la caliente que aún no había llegado a su destino para cumplir su misión: asear su cuerpo sin molestarlo, quizá más bien relajándolo para afrontar el día naciente. Sentía el agua como su cómplice fuerte y servicial. A medida que resbalaba por su cuerpo le entregaba su cansancio confiado, a ciegas. El agua así se llevaba su somnolencia y desgana...y hasta su tristeza y apatía. Acabada la ducha, se secó con la toalla grande y suave que le ayudó a despedirse parcialmente del líquido elemento una mañana más.

Mirándose al espejo se afeitó, se peinó y se observó largamente. Lo hacía con sus propios ojos sin saber que se evaluaba desde la óptica de los seres extraños con los que se encontraría a lo largo de la jornada que estaba naciendo. Elegía el vestuario, sus zapatos y se acicalaba según parámetros incrustados y ocultos en su inconsciente, como aguijones disfrazados de roles sociales que les fueron asignados sutilmente.

La angustia vital

Ya disfrazado salió al escenario del mundo. Ese día sintió su disfraz como armadura oxidada y opresora. Percibió dentro de sí un submundo de luchas a codazos por ser auténtico. Y advirtió que le enfadaba y entristecía. Mientras bajaba en el ascensor, mientras viajaba en el autobús de línea, su angustia crecía y le aceleraba el corazón; Sentía ahogo y deseos de gritar con los dientes al aire para defenderse de la monotonía y uniformidad. Su pecho constreñido lloraba de rabia impotente. Buscaba sin entenderlo su libertad de no aparentar al exterior lo que no quería ser desde lo más íntimo de sí mismo. Y no sólo era lo físico o material. Era el cumplimiento de roles sociales sin sentido o, al menos, que él no entendía. ¿Porqué tenía que cumplir un horario? ¿Porqué debía obedecer a burócratas sin alma? ¿Porqué no le daba rienda suelta a su creatividad?

Dominando sus impulsos por responsabilidad -¿o quizá por miedo cobarde?- fue pasando el día zarandeado de un lado a otro, receloso y suspicaz; le molestaba hasta los colores de los vestidos de las personas con los que se topaba. Y así fue quedándose encima de la malla filtrante de la interacción humana. Por experiencia sabia que las sociedades humanas criban a sus componentes exigiéndoles apariencia. Por las luces de malla de los filtros del tamiz social solo pasan aquellos que se amoldan a las convenciones impuestas por los poderosos. Cada cual incluido adopta un camuflaje que se adapta a lo exigido por los manipuladores.

Primera Rebeldía

Aquel día el volcán rebelde de su esencia erupcionó. Su médula quería acoplarse con su apariencia. Creyó que esa coherencia del fondo y la forma le daría La paz en la felicidad, la eliminación del sufrimiento por la anhelada ausencia de todo deseo, la tranquilidad de la reconciliación consigo mismo, la capacidad de amar a los demás incondicionalmente y de amarse a sí mismo sin reproches. En realidad, reclamaba su individualidad.

Freno al rebelde: la búsqueda de explicación

Pero nuevamente reparó en que era humano. Y en que, a veces, si un ser humano por ser fiel a sí mismo era indiferente a sus semejantes, a sus exigencias de pertenencia, como ser social que es, tal vez dejaba de ser "humano". Reflexionó que por ese camino era posible que la propia indiferencia de la opinión de los demás le llevaría de nuevo a una angustia nueva y vieja a la vez, a la desazón derivada de la exclusión y de la marginación social. La sociedad en su conjunto puede ser indiferente al individuo pero éste no puede ser imperturbable a aquella y sus reglas. Esta idea le entristecía porque, en el fondo, quería opinar lo contrario: que lo deshumanizaba, que lo convertía en marioneta sin alma.

Y básicamente tenía que comprender que su esencia se manifestaba en su apariencia y que su autenticidad emanaba de la mezcla de lo que quería manifestar, lo que le pedían los demás que manifestara y, por fin, de lo que realmente manifestaba. Debía tomar esa autenticidad como cambiante y dinámica, adaptada en la síntesis de lo externo e interno, de lo material y espiritual, resultado del pasado y presente mezclados con los anhelos de futuro. Comprenderlo significaba aceptarse a sí mismo, quererse y así vivir tranquilo, sin soberbia, con conformidad, aunque sin servilismo, sin esclavitud.

Segunda rebeldía

Pero no. Había algo en su interior que no podía dominar. Ese algo reclamaba, altanero y seguro, la dignidad de ser distinto. Le demandaba atenciones no desmesuradas sino necesarias. Hay un grito constante dentro del ser humano que le exige coherencia a sus opiniones y sus actos con la verdad, con la belleza y con la bondad.

Segunda explicación: la conciencia y su formación

¿Qué era ese algo? Tal vez es la voz de la conciencia evolucionada. Es como la brújula que guía al marinero en mar abierto, es lo que nos guía en el devenir de nuestras vidas. O la seguimos o caemos en el pozo de la infelicidad y la alienación. El eclipse de nuestra conciencia y sus designios se produce transitoria pero largamente a veces, y entonces a la conciencia propia no se le escucha. Se usan distracciones y creencias impuestas desde fuera. Esos eclipses los producen diversas elementos y toman cuerpo en forma de drogas, o de juegos o de circos con espectáculos que sólo distraen o entretienen sin exigencia de esfuerzo intelectual o participación activa y al margen de toda regla ética. Pero como todo eclipse nunca las distracciones son permanentes. Para la conciencia propia que es persistente y perenne la resignación no existe. Es inconformista ante lo que considera confuso o desorientado de lo verdadero, bello o bueno.

¿Cómo se forma esa conciencia? ¿Es totalmente libre el ser humano para elegir sus bases de conciencia? Influye la biología y la educación recibida desde la familia, la escuela y las interacciones sociales. Pero... ¿en qué proporción influye una u otra?. Pensó que debía haber algo más. Los azares de la vida nos condicionan en nuestras creencias y visiones del mundo y de nosotros mismos. Son marcajes constantes desde que somos concebidos los que recibimos del exterior que al mezclarse con nuestras opiniones en nuestra cocina interior condicionan la formación de nuestras conciencias. Y según las mismas así son nuestras acciones con nosotros mismos y con la sociedad.

Un momento...¿"quién" es la "conciencia"?

De pronto reparó y vio que en realidad no le angustiaba en sí mismo su no afirmación individual. Comprendió que nadie externo sino que más bien él mismo era el que realmente le impedía expresarse y afirmar su individualidad diferenciada. Su conciencia era realmente él mismo de manera total y ontológica. Aunque quede la duda de si el ser humano tiene una base de conciencia común interconectada o somos múltiples conciencias individuales que simplemente conviven.

La razón o causa: el miedo

¿Porqué se angustiaba? Por los miedos inoculados en su alma. Y fundamentalmente entre esos miedos está el que se refiere al rechazo social que en realidad no es más que el miedo a la soledad referida al de la persona no querida, no respetada ni valorada. Y también está el miedo a la pérdida del control propio, a ser oprimido y encarcelado...a no ser autónomo.

La solución

¿Cómo vencer al miedo? Afrontándolo, atravesándolo. Solo con el movimiento valiente de encararlo comprendería que los miedos son humo fugaz, que carecen de realidad material. Debía actuar como el niño que, angustiado, entra obligado en el terrorífico cuarto oscuro y, una vez dentro, comprende que el terror no tenía motivo real pues el cuarto está vacío, inerte, neutro y tranquilo. Solo existía el miedo en su imaginación. Fuera todo era paz y serenidad.

La valentía de vivir

Alegre decidió encarar sus miedos sintiéndose libre para elegir los caminos de su vida. Disfrutó alegre de la conquista de su libertad y, sobre todo, aceptó las consecuencias de la misma, aunque entre ellas estuviese la incomprensión social a sus opiniones e individualidad. Y asumió que no podía escaparse a las consecuencias de sus elecciones y decisiones. Así, fue feliz sintiéndose vivo y humano...feliz y tranquilo en su valentía.

sábado, 21 de mayo de 2016

¿SIN ESPERANZA? ¿CON FE?

  Alma: ¿moribunda o somnolienta?
 ¿Lúgubre?, ¿finita?, ¿huidiza?, ¿fugaz?
 O... ¿Perpétua?, ¿eterna?, ¿audaz?,
 ¿que a la vida plana alienta?

 Caida a ciegas por ir con tienta,
 ladrona de vida, triste y falaz...
 Anochecer de alma sin solaz,
 abúlica... Que al ser adormienta.

 Duda de mortal... ¿Real? ¿imaginaria?...
 ¿Quizá soberbia de la inconsciencia?
 ¿O búsqueda inútil de Barataria?

 Fragilidad de efímera consciencia
 Aspirante a ser Dios siendo paria
 O pura química según la ciencia

lunes, 2 de mayo de 2016

RESILIENCIA O LA ADAPTACIÓN AL CAMBIO PARA SER UNO MISMO


Preguntas:

Sin que concurra ningún factor externo como la incapacidad física, el advenimiento de la enfermedad o la catástrofe natural ¿Qué diferencia a los que acaban sus proyectos y los que no lo consiguen? ¿Porqué unos acaban sus carreras, sacan las oposiciones, acometen con éxito sus emprendimientos y otros no? ¿Porqué unos se adaptan a las circunstancias adversas y buscan como superarlas y otros abandonan sus proyectos y no consigan sus objetivos?



Construyendo

Varios arquitectos comienzan a construir varios edificios a la vez, pero cada uno es responsable del suyo,  de aquel que han planificado e iniciado su construcción. Todas las estructuras deben tener alturas parecidas y la anchura similar.

Comienza las construcciones más o menos a la vez. Pero pasa el tiempo y el ritmo de crecimiento de las edificaciones no es el mismo en todos los casos. Unos inmuebles están más avanzados que otros. Este hecho hasta ahora ha dependido de factores dependientes fundamentalmente del tiempo dedicado cada día por la cuadrilla de albañiles. Pero también ha influido la técnica de construcción aplicada, los materiales utilizados, el ritmo de suministros de los mismos, la pericia de los operarios, etcétera. De esta manera, hay construcciones que van ya por la mitad y otros por la tercera parte del objetivo de altura.

Pero ¿influye la dirección del arquitecto? Con este panorama unos arquitectos están más animados que otros.

Algunos de los que van en cabeza se sienten orgullosos de sí mismos y de sus cuadrillas de trabajadores. Ven que sus técnicas de construcción aplicadas van por buen camino. Se ilusionan y se refuerzan a sí mismos para conseguir el objetivo.  Y finalmente lo consiguen.

Pero algunos de estos arquitectos líderes, los menos, se relajan y como llevan ventaja, dejan de estimular a los albañiles para seguir con el mismo ritmo de construcción; les dan vacaciones no pedidas, por ejemplo.  Dejan de estar pendientes de exigir a los proveedores de material el buen ritmo de los suministros. De esta manera, ralentizan la velocidad de construcción y con el tiempo empiezan a ver cómo son superados por otros edificios mas atrasados pero que se elevan a su propio ritmo. Ante este hecho, se desaniman y abandonan el edificio a medio construir. Dejan en paro a sus operarios. Nunca llegan al objetivo final.

Entre los que van rezagados unos piensan que simplemente tienen otro ritmo de construcción pero están seguros de que conseguirán completar el edificio. Miran a los que van por delante e intentan aprender de ellos qué mejoras pueden incorporar para acelerar su velocidad de construcción. Y lo hacen. Poco a poco acortan distancias con los adelantados y consiguen llegar a su objetivo de altura. No desfallecen ni se arredran ante las dificultades.

Pero entre los retrasados hay algunos que se desaniman y se apocan. Quedan paralizados por pensamientos negativos de miedo a su propia incapacidad y valía. Se acomplejan ante los mejores y deciden que nunca llegarán a su nivel. Para ellos las dificultades no son retos. Muy al contrario los obstáculos o trabas son muros infranqueables que los hacen abandonar la empresa acometida. La parálisis les lleva a la inacción y el lamento. La consecuencia es que el objetivo de altura de sus edificios nunca la consiguen. Se inventan mil escusas y solicitan la comprensión y ayuda a los de arriba porque ellos solos son impotentes para dar fin a su misión.

Los que consiguen finalizar el edificio serán contratados para acometer el diseño y construcción de otras edificaciones. Los que abandonan sus edificios a medio construir serán marginados para la dirección de nuevas construcciones… y su futuro estará a expensas del trabajo que les den los que hayan conseguido llegar al final entregando a la sociedad sus obras.

En la vida no importa de donde partamos, cual es nuestro origen ni cual es nuestra condición. Es nuestra actitud y capacidad de adaptación a las circunstancias propias y ajenas los que determinarán nuestro éxito vital. Ese éxito no será otro que construir nuestro propio destino, perseguir nuestras metas con el objetivo de terminar nuestro edificio.

Resiliencia:

La respuesta a las preguntas iniciales de este ensayo que explica el distinto éxito de nuestros "arquitectos" está en una palabra: la RESILIENCIA. Se entiende por tal al proceso de adaptarse bien a la adversidad, a un trauma, tragedia, amenaza, o fuentes de tensión significativas, como problemas familiares o de relaciones personales, problemas serios de salud o situaciones estresantes del trabajo o financieras. Y la buena noticia es que la investigación psicosocial ha demostrado que TODAS las personas pueden aprender y llegar a ser resiliente, aún experimentando miedos, angustias y tristezas como ser humano que se es.

¿Qué factores influyen en ese aprendizaje? Hay uno y fundamental: la autoestima, el amor propio y la confianza en sí mismo que emanan del amor recibido y la confianza que los demás, especialmente la familia, haya demostrado al individuo. Así adquirirá la seguridad necesaria en sí mismo para controlarse  emocionalmente en momentos de desánimos para acometer retos y encajar errores y fracasos.

Para desarrollar la propia resiliencia se ha de estabecer relaciones personales con aquellos que nos pudiesen enseñar aceptando su ayuda, aprovechándonos de su sabiduría y experiencia. También se ha de tener capacidad de adaptación a circunstancias adversas; en este sentido cada obstáculo ha de verse como un reto estimulante a superar, aceptarlo como lo normal en una vida que es azarosa. Los cambios en la vida son la normalidad, el devenir es cambiante y fluye a veces sin que podamos controlarlos. Se debe desarrollar la capacidad de distinguir entre qué cambios no dependen de nosotros y no podemos influenciar de aquellas circunstancias sobre las que nuestra actuación pueden hacerlas cambiar en nuestro beneficio.  Así enfocaremos nuestras tareas hacia las metas que nos propongamos y dejaremos de enfocarnos en la queja o en acciones inútiles.

Es importante desarrollar la autoconfianza. Esta debe basarse de nuevo en la autoestima que nos aleje del complejo de inferioridad con respecto a los demás. Esto no es egoísmo o pedantería porque siempre ha de aceptarse a uno mismo en la posición que se tenga respecto al resto de personas. Entre ellas las habrá en posiciones superiores o inferiores a nosotros mismos en función de la faceta de la vida que se hable. Si están por arriba, lo adecuado es aprender de ellos; si están por abajo, lo correcto es enseñarles y ayudarles.

Nunca debemos olvidarnos de nosotros mismos. Debemos cuidarnos. Y eso se refiere tanto al cuerpo como a la mente o al espíritu. Ha de hacerse ejercicio físico regularmente, meditar con hábito o hacer práctica de la religión propia si esa es nuestra creencia. La práctica de aficiones debe ser habitual. Hay que saber descansar y tomarse momentos de reflexión e incluso de inacción para recargar energías cuando sintamos que estamos sobrepasados.

La conciencia de realidad y no de fantasía lleva a ver las cosas contextualizadas y con perspectiva amplia. Nada de lo que pase o nos pase puede verse como definitivo o que nos haga entrar en la desesperanza. Tomar distancias para hacer un correcto juicio y a partir del mismo tomar decisiones correctas y útiles es la clave del desarrollo vital.

Dicen que agua pasada no mueve molino. Efectivamente. El pasado personal solo nos sirve para aprender de los errores  y modificar nuestras conductas actuales adecuándolas a nuestros objetivos y crecimiento personal.

En definitiva debemos ser tolerantes, flexibles y empáticos con los demás, con las circunstancias sobrevenidas y sobre todo con nosotros mismos. Esto noss llevará a ser optimistas realistas, exactos en la crítica y en la autocrítica y jamás destructivos ni autodestructivos.


jueves, 28 de abril de 2016

Juzgar, autojuicio. Perdonar

"...Entonces te juzgarás a ti mismo. Lo cual es más difícil que juzgar a los demás, y si logras juzgarte bien, serás un verdadero sabio."
(Frase sacada de El principito; Antoine de Saint-Exupéry)

Una vez escribí que habían dos tipos de buenas personas: las que en cualquier situación intentan ser justas aún perjudicándose a sí mismas y las que lo intentan en todas las situaciones excepto en aquellas circunstancias en las que son parte interesada y que entonces se priorizan sobre los demás, aún a costa de perjudicarlos.

En general, reflexionaba entonces, ninguno de los dos tipos de personas buenas hacen daño a nadie ni tienen malos deseos hacia nadie. Ambas se rigen por valores de solidaridad, tolerancia, respeto... Tiene una moral basada en el sentido común y en la justicia. No son envidiosos ni soberbios, ni codiciosos ni perezosos ni avariciosos...ni sobre todo vanidosos. 

 Pero... ¿Quién es bueno y quién es malo?

Erigirse en juez de si los que nos rodean son moralmente buenos o malos sin conocerlos a fondo es propio de soberbios y prejuiciosos. Y sobre todo los que así actúan, se olvidan de que es más fácil hacer juicios de los demás que de sí mismos... Y también se olvidan de que siempre se debe estar dispuesto a perdonar,...y, sobre todo, a AMAR. Porque el rencor mantenido es carcoma para el corazón.

lunes, 11 de abril de 2016

Ocio, trabajo y pereza

No hay pecado o defecto que peor me siente que el de la PEREZA ni comportamiento que peor soporte que el de la persona perezosa. Porque la pereza se retroalimenta a sí misma llevando a la persona a la inacción y a la indolencia. Y porque la persona perezosa a través de esa indolencia se convierte en egoísta e insolidaria no solo con los demás sino con ella misma, abandonándose en el desamor y la frescura en su acepción de descuido, negligencia y poco celo. El perezoso se aprovecha desvergonzadamente de los demás para su cuidado y manutención y no aporta nada ni a sí mismo ni al prójimo. Aunque lo aparente, no va ni siquiera a lo suyo. Se perjudica a sí mismo en un lento declive de devastación de su autoestima. Porque la pereza puede llevar al individuo a la tristeza por el aburrimiento, a la soledad desierta en donde se ausenta hasta de la propia conciencia, donde los propios pensamientos negros y zombis vagan como monstruos pesados, cabizbajos, lentos...perezosos. Su conducta se aproxima a la del parásito: aquel ser que vive a costa de otro llamado huésped pero destruyéndolo sin aportarle nada, incluso hasta aniquilarlo  para por fin llegar a la propia autodestrucción. 

¿Quieres ser así? Creo que no. Porque si trabajas sales de la pereza y aumentarás tu autoestima y la estima que te tengan los demás. El antídoto de la pereza es la fuerza de voluntad y la curiosidad que es el origen de cualquier acción humana. El ser humano es un ser social y por eso debes ganarte tu sitio en esa sociedad, porque para bien o para mal las sociedades actuales son exigentes con sus miembros. No son aceptados en ella de cualquier forma; y mucho menos solo por ser persona. Y la mala noticia es que los excluidos de dicha sociedad lo pasan fatal o simplemente no pueden vivir. Hace mucho "frío" cuando se vive aislado. El ser humano necesita manutención y seguridad básicamente; y también sentirse miembro de la colectividad, ser reconocido por ella y sobre todo por sí mismo. Eso tiene el precio de la contribución. Quien nada aporta por ser perezoso es libre de su inacción pero deberá soportar las consecuencias responsablemente.  

Ana Cristina Aristizàbal Uribe,  en un artículo publicado en "El Colombiano" (Antioquia, Colombia) en agosto de 2010 titulado "Como anular a una persona", defiende la tesis de que si a una persona se le da todo, se le regala todo sin exigirle esfuerzo alguno, le anularemos cualquier recurso propio que tenga, lo convertiremos en perezoso y cuando los regalos cesen, caerá en la desazón, la desgana y no entenderá al mundo. Este será visto como culpable de sus desgracias y exigirá seguir recibiendo apoyos y "regalos" para seguir viviendo pues "es su derecho". Los padres o sistemas que lo dan todo hecho "por amor" en realidad inutilizan a la persona, la convierten en víctima y se corromperá como el agua estancada.

Esta concepción peyorativa de la pereza no ha sido siempre así. Y las matizaciones históricas buscan diferenciar la pereza del ocio creativo y enriquecedor.

Hay quien dice que la pereza es algo natural por que la ciencia dice que todo tiende al ahorro máximo de energía y a la máxima entropía. Como materia que seriamos según la ciencia no nos escaparíamos de esa ley natural. Incluso se ve a los animales o plantas que solo se mueven para conseguir alimento o mantener su seguridad y la de su prole. Pero el ser humano nuevamente tiene que valorar las consecuencias de dejarse llevar por esa tendencia natural al tener conciencia de sí mismo por ser portador de un gran cerebro: la decadencia personal a través de la tristeza y de la pobreza. J. J. Rousseau nos dijo que «Después de la de conservarse, la primera y más poderosa pasión del hombre es la de no hacer nada.».

Tanto los griegos como los romanos consideraron al ocio como propio de los ciudadanos libres y dignos y al trabajo como actividad propia de gente vil, miserable o poco honorable. El trabajo era actividad de esclavos e impropio de la naturaleza del hombre libre. Pero en realidad los ociosos griegos o romanos "trabajaban" intelectualmente o dirigiendo designios de la sociedad a la que pertenecían. En ese sentido, sus días eran productivos para si mismos y para la sociedad. Sócrates decia: "No es perezoso sólo el que no hace nada, sino el que pudiendo ser algo mejor, no lo hace". Los dirigentes romanos incluso usaban esa tendencia al disfrute improductivo del ocio del populacho dándole "pan y circo" para acallar protestas y desviarlos de la atención de la decadencia económica y militar.

Posteriormente fue el cristianismo el que santificó al trabajo como actividad dignificadora del ser humano en tanto en cuanto lo hacía

útil y siervo de sí mismo y de la comunidad. Y esto es así porque trabajando se aprovecha algo limitado y efímero: el tiempo. Y al perderse dicho tiempo se hace daño al progreso y crecimiento del individuo y de la sociedad a la que pertenece. Por tanto quien pierde el tiempo sin trabajar cometería un pecado capital desde la concepción cristiana: la pereza. Pero ha de saberse que el cristianismo no encumbra a la pereza como pecado capital hasta el siglo V por el papa Gregorio Magno, sustituyendo al antiguo pecado de la tristeza, en el sentido de acidia, que dejó de serlo. 

El marxismo ve al trabajo como moneda de cambio entre el proletariado y el capitalista. Trabajar tiene un precio que depende de la oferta y la demanda. El ser humano, en sus ratos de ocio, puede elevarse fomentando su creatividad. Incluso Lafargue, marxista más radical que su suegro Karl Marx, llegó a escribir un ensayo, "El derecho a la pereza", en el que santifica al perezoso que da rienda suelta a las pasiones humanas, buenas por naturaleza desde la concepción marxista e identificando al trabajo como imposición de la moral de la burguesía capitalista y del clero cristiano para dominación del proletariado haciéndole ver que esta vida es un valle de lágrimas al que se viene a sufrir.  

Incluso más recientemente, en el 2010, Tom Hodgkinson escribe un apasionado ensayo, "Elogió de la Pereza",  en el que da la visión del trabajo como expresión de una enfermedad y a la pereza como comportamiento noble y natural. Pero su reivindicación es más de libertad para el ser humano que de la pereza en sí. El tiempo dedicado a la inacción es productivo y creativo y el uso del mismo debe ser libremente elegido por la persona según Hodgkinson.  Pero existe un concepto moderno que se relaciona íntimamente con la pereza: la procastinación, se refiere a la posposición de actividades o deberes en beneficio de no hacer nada o hacer lo indebido. Esto lleva al ser humano a sentimientos de frustración y ansiedad desmedida. 

Yo creo que el tiempo que no se dedica al trabajo debe ser  "disfrutado". Se entiende al ocio como tiempo de descanso o tiempo libre de la persona que le deja sus ocupaciones principales y productivas. La dedicación al ocio por tanto no sería inmoral en sí misma. Más bien sería el premio individual al trabajo bien hecho y productivo. Seria mas bien un tiempo dedicado al desarrollo de la creatividad, al cultivo de la paz  mental y a la recuperación de las energías minoradas del cuerpo. Esto no tiene nada que ver con el concepto de pereza como tiempo dilapidado. Es un derecho humano reconocido.

 

Y lo ideal es que durante el tiempo del trabajo se disfrute como si fuese el del ocio. Lo ideal es ser productivo y creativo siempre, también cuando se trabaje. Y en ese momento no sabremos si trabajamos o estamos en tiempo de ocio, sabremos que estaremos disfrutando de nuestro limitado tiempo, seremos lo que somos sintiéndonos presentes en este mundo y entonces seremos felices.

lunes, 29 de febrero de 2016

Dolor de andaluz

El subdesarrollo andaluz tiene causas externas pero también internas, sobre todo internas... Ya si. ¡Ay, mi Andalucia! 

 

En un magnífico libro (“Porque fracasa los paises“ de A. Acemoglu y J. A. Robinson) se afirma: "En general, su situación no se debe a su ignorancia ni a su cultura. Como mostraremos, los países pobres lo son porque quienes tienen el poder toman decisiones que crean pobreza. No lo hacen bien, no porque se equivoquen o por su ignorancia, sino a propósito”.

En la misma obra se habla de la importancia de crear instituciones inclusivas y no extractivas y de que “ni las teorías basadas en la geografía, ni en la cultura ni en la ignorancia ayudan a explicar la situación en la que estamos inmersos".

Y en otro punto se expresa que “Para ser inclusivas, las instituciones económicas deben ofrecer seguridad de la propiedad privada, un sistema jurídico imparcial y servicios públicos que proporcionen igualdad de condiciones en los que las personas puedan realizsar intercambios y firmar contratos; además de permitir la entrada de nuevas empresas y dejar que cada persona elija la profesión a la que se quiere dedicar”.

El andaluz sabe evadirse, pero más de la cuenta; y también, pero poco, quejarse; es como si la  "resignación cristiana...la cruz a cuesta" sea obligación de llevarla calladamente, por eso no es la pereza ni la desidia... es otra cosa...

Tal vez sea el miedo, que mucho miedo también hay. El miedo a señalarse recorre la geografía andaluza. Hay que ser políticamente correctos. Los que se atreven a hablar alto, muchos de los que en las redes sociales expresan sin tapujos sus opiniones, en general, dan imagen de  ser extremistas y excluyentes. Sorprendentemente arrastran tras de sí a opinadores también intolerantes extremos de base y algo "tuertos" o desinformados.  Son los claqueros de un teatro de actores sesgados e instalados en la provocación. Como ejemplo está la desproporción de pedir que se cambien nombres religiosos de calles  muy asentados y aceptados por una mayoría de la población. Lo reclaman en base a un laicismo confundido con el anticlericalismo. Pero por otro lado está el rechazo manipulado de una parte de la sociedad inmovilista a que esa petición siquiera se haga, ignorando el derecho a la libertad de pensamiento y expresión. En las dos posiciones hay intolerancia y extremismo, en las dos hay intención de imponer al prójimo la propia visión del mundo. Y hasta llegan a usar formas "¡procesión de la vagina!" y palabras de mal gusto, que llegan a la ofensa y al desprecio del discrepante. Incluso piden cárcel y condenas judiciales a quienes hieren sensibilidades propias sin reparar en sus propias anatemas y veleidosas excomuniones. ¡¡Cuidado con jugar con la conciencia y su sagrada libertad!! Las actitudes violentas, fruto de la instalación del odio y la ausencia de empatía, están a la vuelta de la esquina.

En Andalucía una alta proporción de profesionales excelentes lo hacen muy bien en sus respectivos puestos. Aportan lo mejor de sí mismos en los mismos muy responsablemente pero son incapaces de manifestar una opinión que no sea la políticamente correcta. Guardan silencio y miran para otro lado cuando ante ellos se manifiestan los movimientos de la serpiente del poder. Y les lleva al conformismo y la mediocridad, a refugiarse en el montón, en la masa informe y aborregada. Se retiran a sus aposentos importándoles solo que lo propio se mantenga. El moderado disidente permanece callado públicamente. Cree así protegerse a sí mismo y a su prole del revanchismo de los detentadores del poder. Callan sin luchar abiertamente denunciando las mentiras y la manipulación de las conciencias  a través de la instrumentación de la educación y los "mass media" públicos y afines desde el poder establecido. No luchan ni denuncian las corrupciones cercanas ni las subvenciones arbitrarias y sin control ni los nombramientos políticos de puestos profesionales hasta llegar a las bases mismas de la sociedad civil, ni a la burocracia que asfixia al emprendedor legalizado objeto de presiones impositivas y regulatorias excesivas. Todos, aunque esos emprendedores más aún, somos víctimas de una economía sumergida tolerada, vista como amortiguadora de revueltas sociales procedente de los hipnotizados y acostumbrados a la sopa boba. Se iguala por abajo. La preparación y el trabajo no se prima. No se incentiva el talento, ni al esfuerzo en el aprendizaje o la innovación.

Y lo evidente es que en gran medida tienen razón: en Andalucía es muy difícil la discrepancia con el poder, es difícil expresar opiniones contrarias a la corriente oficial. Si lo haces has de estar dispuesto a soportar ostracismo y falta de respeto; no te gasean, pero te ignoran, te dificultan las iniciativas, miran para otro lado o te advierten sigilosamente ninguneándote. Al que destaca no se le apoya, no vaya a ser que quiera el "carguito" o amenace los privilegios establecidos. La oligarquía dominante es extractiva y excluyente de todo aquel que ose ponerla en duda. Los únicos que están contentos son los aprovechados del clientelismo, los que saben aprovecharse de esa situación. Son los "pelotas" del venido a llamarse "régimen". Piensan que con las migajas que obtengan, mientras duren, vamos adelante.

Y lo triste es que las alternativas políticas al poder actual son sospechosas de desear la misma cosa, de ser lo mismo, de no ser sinceras en el compromiso con las personas. Los unos porque arrastran un pasado ya lejano de épocas pretéritas de colaboración y conformismo con opresores externos a Andalucía; y los otros por dar imagen de desestabilizadores del "status quo“ y de revolucionarios inexpertos y temerarios que proponen escenarios idealizados pero inciertos y peligrosos en un mundo actualmente pacificado y globalizado. Este análisis de las alternativas queda para otra reflexión.

 

 

sábado, 20 de febrero de 2016

Juegos de poder: postureo fatuo

Primero hay elecciones generales; ningún partido obtiene suficientes diputados para poder formar gobierno en solitario; y cada cual se enroca en su posición ideológica y programática a la espera de que los demás se muevan hacia dichas posiciones. Y ninguno aparentemente -solo aparentemente- repara en las fuerzas reales que les asisten y que les han sido concedidas por el pueblo español. Todos se sienten ganadores potenciales e imponen condiciones con manifiesta intransigencia y prepotencia. Son reflejo de una sociedad dividida y crecientemente polarizada. Los del PP, los que más diputados obtuvieron, la minoría más mayoritaria, se niegan a postularse como inicializadores de la formación de gobierno por un doble motivo: uno táctico, para evidenciar que las posibilidades de los demás son nulas sin ellos; y otro real: ningún partido del escenario actual está dispuesto a pactos con ellos por motivos relacionados con la corrupción y el papel jugado en la pasada legislatura. Su esperanza está en que la repetición de elecciones les favorezca. Pero los casos de corrupción cada vez lo cercan más. Los de Podemos están manifestando un afán de poder desmesurado e impaciente; me impresionan como poseedores de una verdad transcendente que va a salvar a los desposeídos de la sociedad, parecen quijotes en busca de "desfacer agravios y enderezar entuertos". Su actitud de cierta prepotencia se basa en ganar tiempo para terminar de desgastar al PSOE, atisbando el ansiado sorpaso que le darían el dominio del espacio político de la izquierda. Su táctica es poner el listón alto que haga imposible el acuerdo de investidura de Sánchez para en unas nuevas elecciones aprovechar las previsiones favorables para ellos que anuncian las encuestas. En sus propuestas hay clara intención de ruptura con el régimen de la transición a costa de lo que sea, incluido el consenso constitucional y la unidad de España. ¿Olvidan que las reglas de convivencia basadas en la constitución deben reformarse desde el consenso y no desde la imposición? Es un partido aún sin clara estructura estatal con una vertebración nacional no conseguida y cogida con alfileres de intolerancias. Ciudadanos da imagen de moderación y flexibilidad. Su intransigencia ante la corrupción y los nacionalismos es manifiesta. Sus propuestas económicas son inasumibles por posturas de la izquierda ortodoxa por lo que sí el PSOE pacta con ellos se quedan sin el apoyo de las demás formaciones de izquierda. Y el número de diputados de Ciudadanos da para lo que da y no son suficientes para que su hipotético apoyo aislado conlleve el éxito de la investidura de Pedro Sánchez.   El PSOE no levanta cabeza. Arrastra un pasado salpicado de casos de corrupción y una desastrosa gestión de los primeros tiempos de la gran crisis que asoló y asola a España. La irrupción de Podemos le ha diezmado gran parte de su electorado natural. Dividido por luchas de poder entre facciones enfrentadas, no encuentra un líder respetado por todos. Su líder actual se ve debilitado a la hora de negociar con el resto de partidos con dudas de con quien hacerlo, como hacerlo y con qué programa -¿de izquierdas o de derechas?-; sabe que las opciones de investidura son nulas sin al menos la abstención de Podemos si pacta con Ciudadanos o de estos si lo hace con aquellos. A no ser que el PP decida abstenerse, posibilidad bastante improbable. Al menos se está llevando el mérito de haberlo intentado y de haber desbloqueado el calendario ya sí: o hay investidura -poco probable- o hay elecciones anticipadas en junio.  

domingo, 14 de febrero de 2016

¿Eres "alguien" o eres "algo"?

El hambre nos mata rápido. El alma, en cambio, agoniza durante décadas

Jacques  Segot

Pianista y escritor

Entre los componentes principales de la naturaleza humana está el planteamiento continuo del propio sentido de la vida. Es la capacidad de mirar hacia dentro y montarse un mundo paralelo al real y empírico con el fin de entender el porqué estamos aquí, la razón de nuestra existencia.
 
Y el hombre actúa entonces para sobrevivir. Siguiendo a lo expresado por Víctor Frankl, el ser humano es LIBRE, no está determinado por las circunstancias que viva por más terribles que sean. Por ser libre es RESPONSABLE de DECIDIR qué hacer con su vida y esa decisión condicionará su devenir y lo convertirá en ALGUIEN, si es valiente y afronta su propia responsabilidad, o en ALGO, si solo espera que cambien las circunstancias alrededor pasivamente...y así solo la resignación quejosa le llevará a la autoextinción, a la manipulación por los demás...
 
Pero ¿porqué decidir ser alguien? ¿Cuál es el sentido de nuestra existencia?
 
El existecialismo nos dice que nos aguantemos estoicamente con heroicidad porque no existe ese sentido ... Existimos y ya está. Pero es difícil que eso sea así. El sentido supremo de nuestro existir puede estar mejor en algo inalcanzable para el ser humano. Si así lo creemos, creeremos en Dios y con esa fe confiaremos en El esa cuestión. Y luego solo nos ocuparemos de buscar cada uno su propio e individual sentido, su "pequeño" sentido, la razón por la que superar el sufrimiento propio...mantener la ESPERANZA. Porque si no es así solo nos quedaría el SUICIDIO como solución a ese sufrimiento. Esa es la cuestión: nuestra libertad nos da el poder de cambiar nuestra ACTITUD si nos es imposible cambiar nuestras circunstancias externas. De eso somos responsables: de cómo nos tomamos esas circunstancias y de cómo REACCIONAMOS  a las mismas. 
 
Sean la situación que sea, tu felicidad por tanto depende de TI, de tu ACTITUD. Y esta depende de algo que puedes dominar: tu VOLUNTAD. Solo así serás persona y no sólo ser humano al pairo de los demás, del azar, de la manipulación, del engaño...sin sentir la DIGNIDAD que, sin que tal vez no lo sepas, ya tienes por haber nacido humano.
¿Qué quieres Ser? ¿ALGO O ALGUIEN?   Francisco Márquez Maraver 

domingo, 7 de febrero de 2016

Contra los extremismos

Todo extremismo destruye lo que afirma” (María Zambrano)

 

Que digo yo...¿no os parece que la cosa se está calentando quizá más de la cuenta?...Expreso mi miedo, que el miedo es libre. Es mi espanto ante tanta adhesión a actitudes revolucionarias para conseguir las metas sociales y políticas; hay en ellas extremismo, frentismo, ultraísmo y exageración radical. Se está polarizando la sociedad española entre una derecha y una izquierda igualmente intolerantes e intransigentes. Y entre nacionalismos excluyentes e insolidarios (incluido el españolismo, que no solo hay veneno nacionalista en Cataluña o País Vasco). Poco a poco se va enconando las posturas, poco a poco se van crispando los nervios y se fomentan odios nacidos de las vísceras apartándose de la razón y del sentido común. Poco a poco los manipuladores extremistas se apoderan de medios de comunicación de masas para difundir soflamas y consignas. Las posturas tozudas y avorazadas son peligrosas. Embrutecen a una sociedad que hasta ahora se estaba rigiendo por reglas de convivencia y tolerancia suficientes para que el respeto al que piensa distinto impida el deseo de aniquilarlo. Se instala un diálogo de sordos improductivo y amenazante. Los salvapatrias ideológicos proliferan que podrían virar no pocas  veces a violencias no sólo verbales  ¡Cuidado con determinados "youtubers" de éxito que solo gritan y maldicen! ¡Cuidado con tertulianos manipuladores que difunden sesgos interesados y con "mala leche"! ¡Cuidado con los que usan mentiras históricas aprovechándose de la ignorancia rampante de las mayorías! ¡Cuidado con los defensores de determinados tradicionalismos dándoles aura de verdades inmutables! ¡Y cuidado con los que defienden que la falta de respeto a protocolos formales siempre es sinónimo de progresismo y modernidad!; no reparan en que el respeto institucional se basa, entre otras cosas, en el cumplimiento de dichos protocolos transgredidos con indumentarias inadecuadas o símbolos legales no respetados. 

La memoria de gran parte de los españoles se va difuminando por motivos simplemente de edad. Todos los que ahora tienen menos de 40-45 años no vivieron en sus carnes "conscientes" la transición (1975-1985 aproximaximadamente) y mucho menos el franquismo (1936-1975) y ni siquiera el llamado tardofranquismo (1965-1975 aproximadamente). Han vivido en lo que se ha venido a llamar el "periodo democrático" inaugurado con la constitución de 1978. Por tanto, lo que saben de esas épocas anteriores a los últimos 30 años es lo que han leído o estudiado (una minoría, creo) o lo que les han contado (una mayoría). 

Los otros (los mayores de 40-45 años) tuvieron -tuvimos- una estrecha relación vivencial con la transición y con el franquismo y sus postrimerías. Incluso muchos convivieron -convivimos ("hijo, no te metas en política que te juegas la vida")- con los que vivenciaron los convulsos periodos de la Segunda República, la triste guerra civil española, la terrible postguerra y el resto del régimen franquista.  Muchos usan de esa memoria la parte que les interesa a sus fines y acorde con su ideología. La conciencia de transmitir la verdad histórica para mejorar y no repetir los mismos errores del pasado no se tiene en general. Recordemos cuando no se podía decir que se era comunista porque te metían en la cárcel como mínimo. O cuando se pasó hambre física y carencias materiales hoy ¿impensables? -en realidad, ya está aquí para muchos-. O cuando la educación era confesional porque el régimen lo era. O cuando era obligatorio cantar el "Cara al Sol" a la entrada o salida del colegio. O cuando los ruidos de sables permanecían en los cuarteles dispuestos a cargarse toda libertad política. O cuando la maldita ETA mataba sin discriminación. O cuando ser policía o guardia civil destinado en el Pais Vasco suponía marginación y peligro vital real...y más aún cuando solo con no ser aberzale suponía jugarse la vida en dicha región...o cuando...etcétera. Hay muchos botones más de ejemplo.

Lo conseguido no se debe perder. Ha sido gracias a la superación de aversiones viscerales e irreflexivas. Esos odios son los que nacen de ver al que no piensa igual a nosotros como alimaña o fiera que hay que aniquilar, como delincuente peligroso del que protegerse y al que hacerle frente. El aborrecimiento  incontrolado rebaja al contrario de su condición humana. No se repara en que somos seres humanos iguales que, en general, buscamos una vida mejor y que defendemos nuestras posturas con la mejor de las intenciones, aún a riesgo de estar equivocados. Las imposiciones vienen de un poder legal y legítimo que se elige democráticamente, que está sujeto a la alternancia y al control, más o menos imperfecto pero control al fin y al cabo de los tres poderes: legislativo, judicial y ejecutivo. Y el imperio de la ley nos protege sin discriminación aunque imperfecta. 

Aunque la corrupción sea generalizada, también lo es la implacabilidad de la justicia que, aunque lenta, poco a poco va sacando los colores cada vez a más corruptos e impresentables sociales. Siempre existe la negociación, la parcialidad, la gradualidad y el consenso. Y para nada se deben de dejar de respetar los procedimientos legales y democráticos. Todo lo demás son extremismos que consideran que el fin justifica los medios, incluidos los medios violentos e ilegales. ¡Cuidado!

sábado, 2 de enero de 2016

Reflexión de principios de año

OS DESEO A TODOS UN FELIZ AÑO NUEVO. 

Empieza otro año. Uno más decimos los de más de 50 años. A veces me da por pensar en el tiempo y su crueldad con la vida. Nuestras vidas son un proceso que sigue una parábola asimétrica que va del vértice del nacimiento hasta el de la muerte. 
El punto de inflexión físico es casi imperceptible. Es involuntario e implacable. Cuando empiezas a tomar conciencia te asaltan dudas y miedos, desazón y perplejidad. Los achaques vienen y o tardan en irse o se quedan en nuestro cuerpo para siempre. La recarga de energía cada vez dura menos y el cansancio nos invade cada vez más pronto. Es como si cayésemos en una espiral que baja como en una montaña rusa hasta un vórtice que no vemos en movimiento uniformemente acelerado. 

La mente humana sin embargo va por otro lado. Aunque depende primariamente del cerebro físico y este también sufre deterioro, en condiciones normales nuestra mente es compleja y sus puntos de inflexión son muchos a lo largo de la vida. Más que parábola nuestra mente sigue una línea irregular que es influida por lo externo a nosotros mismos y por lo interno de nuestros pensamientos y emociones. Nuestro devenir vital está lleno de subidas y bajadas, concavidades y convexidades, como montaña rusa también, pero irregular e imprevisible.  Y en gran medida esos puntos de cambio  dependen de nuestra voluntad. Es nuestra suerte como especie. Con la mente y su dominio el ser humano se adapta al entorno, a las necesidades que nos surgen como especie e incluso al desarrollo de nuestra inteligencia con el aprendizaje, la imitación y la experiencia. 

Esa buena noticia de la posibilidad de dominar lo que pensamos e incluso lo que sentimos es lo que debemos utilizar para construirnos y desarrollarnos en una vida de FELICIDAD, buscando y encontrándole sentido, sin angustias destructivas. Estando vivos no queda otra que vivir porque esa vida es nuestro presente. Y la muerte siempre es futuro y el futuro, lo mismo que el pasado, no existen.